La franja que transcurre entre Milán y Venecia es, en el mundo de las dos ruedas, el equivalente a lo que representa Silicon Valley para el sector de la tecnología: un santuario.
En esta zona del norte de Italia se concentran algunos de los fabricantes de motos con mayor pedigrí del mundo, muchos de ellos aún en manos de las familias fundadoras. Con estas credenciales no extraña el ambiente motero que se respira en cualquier calle de la capital lombarda, que la semana pasada acogió una nueva edición de la Esposizione Internazionale ciclo e Motociclo (EICMA), el evento más importante de Europa para el sector... Continue reading in El País.